Carta a mi Madre

Madre, bello resplandor de la vida, sentimientos profundos, amor sublime y verdadero.  Mujer digna de admiración y de ejemplo, te entregas con todo tu corazón a tu familia, en las buenas y en las malas siempre estás allí, esperándonos con los brazos abiertos.  Albergas la vida en tu vientre y alimentas a tus hijos con tu ser. Te llenas de ilusión cuando algo anhelas y aunque a veces no lo tienes todo, te regocijas con tus hijos y eso te hace la mujer más feliz del mundo. 

Me enseñaste a respirar, a caminar, a hablar, a dar amor y a mirar el mundo de una manera sencilla e inocente como lo eres tú. Antes de nacer, tu vientre acariciaba mi frágil cuerpo indefenso y me protegías de todo. Soñaba con verte y cuando observé la luz por vez primera, fuiste tal como te imaginé: hermosa y radiante. Tu bella sonrisa y tus lágrimas caían sobre mi rostro, pues la ilusión y el amor inmenso que me tienes, lo expresabas en ese instante mágico tal como lo sigues haciendo cada día de mi vida.

Aun recuerdo que cuando era niño,  justo antes de dormir,  me contabas cuentos e historias fabulosas; desarrollaste mi imaginación y me dormía pensando en ti cada noche. Cuando no podías estar a mi lado, te extrañaba mucho y a muchas veces lloraba en mi soledad. Tu amor y tus detalles de toda una vida, están marcados en mi corazón y los llevaré por siempre conmigo. 

Eres irremplazable y siempre estás en mi corazón, porque aunque el tiempo y la distancia nos separen y aún la vida misma, el amor perdura y jamás perece. Cada ves que quiera mirarte, solamente voy a cerrar mis ojos y en mi mente te encontraré con esa sonrisa tan linda y esos ojitos bellos que como siempre, albergan ilusiones y momentos de felicidad al estar rodeada de todos los tuyos.

Si un día dejas este mundo, te extrañaré como no puedes imaginar, pero te buscaré por todo el Universo hasta volverte a ver y te encontraré y más allá de donde el horizonte se pierde, volveremos a ser felices para siempre.

Con el amor verdadero que solamente un hijo puede sentir por su madre eternamente,

Alex